Desde el curso 2010-2011, al margen de la tradicional prueba de acceso para mayores de 25 años, también existe una prueba más sencilla, mediante la cual, aquellos que hayan cumplido la edad de 45 años, pueden acceder a la universidad en caso de aprobarla. Por otra parte, los mayores de 40 años tienen acceso directo a la enseñanza universitaria por el simple hecho de acreditar experiencia laboral o profesional que guarde relación con la titulación que quieren cursar.
Por lo tanto, desde el mencionado curso se ampliaron de forma notable las opciones de aquellos que aspiran a cursar estudios universitarios y carecen de la titulación académica requerida para poder acceder a los mismos.
Todos estos cambios se produjeron como consecuencia de la adaptación española al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que obligo a modificar sustancialmente las vías y los requisitos de acceso a las enseñanzas universitarias de grado.









