Un padre que había contratado para su hija de quince años un curso de idiomas en Estados Unidos y descontento con el mismo nos mandaba hace unos días un email señalando su descontento con la falta de profesionalidad de la compañía.
Entre sus quejas indicaba que dos días antes de partir a Estados Unidos, todavía no conocían la familia con la que iba a vivir su hija. Ante este hecho, el padre solicitó la devolución del importe dl curso, a lo cual se negaron aunque inmediatamente procedieron a asignarles una familia. Pero aquí no acabaron los dolores de cabeza.