La cultura del conocimiento resulta ser una llave imprescindible para abrir las puertas al mercado laboral. Una formación adecuada y actualizada permite al trabajador adaptarse con total facilidad a las exigencias que requiere su puesto de trabajo.
Dicha formación tiene sus cimientos en poseer unos conocimientos mínimos en una materia relacionada con el futuro puesto de trabajo a desempeñar, para lo cual el estudiante decide decantarse por unos estudios determinados, con el deseo de desempeñar en un futuro mediano la profesión que represente su vocación o la que mejor se adapte a sus habilidades y capacidades personales.
No obstante, si bien para ocupar determinados cargos el hecho de estar en posesión de una titulación resulta imprescindible, bien se puede definir como fundamental la especialización, lo que comúnmente se denomina como reciclaje formativo.